Así es como veo ahora o bueno
cuando empecé a ser Diana, pues ahora ya no estoy tan delgada, aunque no
siempre fue así, esta narración es un brevísimo repaso por mi historia, y como
sucedió mi cambio, pues este no es mi cuerpo, verán…yo antes era hombre
Pero empecemos por como conocí a
la antigua dueña de este cuerpo, y es que fue una popular red social de ligue
cuando vi por primera vez a Diana, si así es como me llamo ahora, pero por ese
entonces era el nombre de la chica que llamo mi atención, yo en esa época me
llamaba Jorge Rocha, tenía 37 años y estaba pasando una fuerte depresión, pues
mi vida era una mierda, no me malinterpreten, ganaba bien en mi trabajo como contador,
pero a mis 37 años aun no podía encontrar algo que le diera sentido a mi vida,
vivía solo en un departamento, mi última novia me había engañado con mi mejor
amigo, esa perra dejo mucho dolor a su paso, pero esa es otra historia, encima
de lo que les acabo de contar, la rutina estaba haciendo de mi vida un
martirio, pues solo iba a trabajar y seguido de eso pasaba mis tardes jugando
FIFA, comiendo pizza y sobre todo platicando con mujeres con intención de
encontrar pareja, de todas era mi actividad favorita esta última, pero no había
tenido suerte, salvo un par de citas, ninguna había conseguido interesarse en mí,
me sentía viejo usando esta aplicación de ligue, pues la mayoría de las chicas
lindas tenían menos de 23 años, y yo ya me había quedado calvo, era claro que
no era interesante para ninguna de ellas, hasta que apareció Diana.

Había visto su perfil unas
semanas atrás, pero hasta esa noche correspondió el interés mostrado, no lo negare,
al principio me emocione como siempre, creyendo que tenía oportunidad de ligar
con ella, incluso era de una ciudad muy cercana a la mía, tenía unos ojos
electrizantes, y un cuerpo de modelo, me dijo que era soltera, así que las
noches siguientes empezamos a hablar muy seguido, me parecio encantadora, tenía
los mismos gustos e ideales que yo, me dijo que no tenía pareja ni nada parecido,
así que después de dos semanas en las que conseguí ganarme su confianza y
amistad le pregunte si tendría alguna posibilidad con ella, después de darle
varias vueltas al asunto, fríamente ella dijo que nunca podría lograr nada con
ella, sin duda eso fue decepcionante, los días siguientes no hablamos, hasta
que me arme de valor y le exigí una explicación, su respuesta me dejo frio.

Ella dijo que en realidad no le
gustaban los hombres, entonces pensé que era lesbiana, pero lo negó también,
estaba bastante confundido, pero cuando me explico que ella quería estar con
una mujer pero como hombre fue cuando me quede sorprendido, me explico que ella
desde siempre había querido ser hombre, para experimentar como se siente estar
con una mujer y pues…penetrarla, yo no entendía nada, pero fingí comprensión,
ante esto ella me pregunto algo que cambiaría mi vida “¿a ti no te interesa
saber que se siente ser mujer?”
fue la
pregunta que retumbo en mi cabeza toda la noche, obviamente le conteste que no,
así que se cerró la plática, pero ya había introducido en mi esa curiosidad,
“ser mujer” me repetía dentro de mi mientras de verdad pensaba en que se
sentiría ser chica, mientras viajaba por el metro observaba a las mujeres que
ahí iban, sobre todo a las parejas,
otro para volver a la normalidad, pero yo estaba emocionado, creo que
incluso más que ella, en mi mente empecé a imaginarme despertando al día siguiente
con las tetas de Diana, ella me dijo que contactaría al misteriosos sujeto y
que por la noche haríamos el intercambio, pedí permiso en mi trabajo y Sali
temprano, esta emocionado a mas no poder, disfrute de una última masturbación
como hombre y antes de dormir Diana me mando un texto que debía repetir en voz
alta tres veces, lo hice, y me despedí de ella, claro estaríamos en contacto después
del cambio, pero yo solo quería dormirme, y despertar con siendo ella.
poco a poco me empezó a interesar más, yo
no quería sentir eso, pero sin duda lo estaba pensando, incluso me imaginaba
siendo ellas, en su lugar, después de una semana le volví a hablar a Diana,
después de explicarle mi inquietud, ella lo entendió perfectamente dijo “sabes
Jorge, ya que lo dices, hay una forma de que ambos aclaremos nuestra inquietud”
entonces me parecio sospechosa, según Diana ella tenía un contacto que podía
hacer que nosotros cambiáramos de cuerpo, no sabía cómo, pero podría
contactarlo si es que yo aceptaba, “¿ser Diana?” empecé a preguntarme, sin duda
era una propuesta interesante, yo podría saber que se siente ser ella, además
saldría de mi tediosa rutina, al mismo tiempo ella podría cumplir su fantasía, así
que mandando todo al diablo dije que si, a pesar de que ella me advirtió que al
menos eran seis meses en el cuerpo del otro.
Al despertar lo había logrado,
era Diana, y lo supe por que vi que estaba en otro lugar en la habitación de
Diana, me levante y empecé a explorarme, todo era como lo había imaginado, la
sensibilidad, la piel, el cabello largo de Diana, hasta sus tetas eran
completamente geniales, recibí el mensaje de Diana, use mi nueva huella para
desbloquear el celular.
DIANA: funciono, soy tu, por cierto,
que raro se siente tu cabeza, es extraño no tener nada de cabello
JORGE: jaja que graciosa, aunque
debo decir que tu cuerpo es mejor de lo que imagine, lindo trasero
DIANA: gracias Jorge, bueno
recuerda fingir bien cómo te dije
JORGE: ok Jorge, jaja es mejor
que nos empecemos a llamar por nuestros nuevos nombres ¿no?
DIANA: está bien, si quieres
divertirte revisa el cuarto cajón de mi closet
No sabía a qué se refería, pero
ignore ese mensaje por el momento, lo que quería era verme desnuda, ver esas
partes tan únicas de las mujeres, ame mi nuevo cuerpo, mi piel era tan suave
que parecía de terciopelo, mis senos a pesar de no ser tan grandes si eran muy sensibles, incluso tenía
una larga cabellera como la que nunca tuve, estaba extasiado, ese día me probé
casi toda la ropa de Diana, y toda se me veía genial, me gustó mucho la
sensación de sensualidad que emanaba de mí, el usar tacones era genial, entonces
recordé lo que había dicho Diana, revise ese cajón y descubrí un compendio de
objetos sexuales, dildo, vibradores, unos conjuntos muy sexis y hasta algunos
objetos de masoquismo, pero decidí empezar por explorar mi nuevo sexo, al final
no resistí y esa noche use el vibrador de Diana, fue el mejor día de mi vida
sin duda alguna.

No podía dejar el trato que hice
con Diana, así que tenía que presentarme a su escuela, pues aun estudiaba el último
semestre de su carrera, afortunadamente eso teníamos en común, pues ella
estudiaba contaduría, por lo que al menos académicamente pude adaptarme bien a
su vida, no les negare que se sintió genial ir de nuevo a la universidad, pero
algo era diferente, todos me saludaban, las amigas de Diana me decían cumplidos
sobre mi ropa, los hombres no dejaban de verme, lo podía notar porque yo también
veía de la misma forma a las chicas lindas, regrese al departamento que rentaba
Diana, le mande un mensaje al día siguiente:
JORGE: hola Jorge jaja ser tu es
genial, hoy fui a comprar un brasier y alcance a ver a varias mujeres semi
desnudas jaja fue increíble
DIANA: hola, pues es parte de tus
nuevas posibilidades como mujer, también me está gustando mucho tu cuerpo, de hecho,
ya empecé a coquetearle a una compañera tuya, Gina, es muy linda, quizá yo sea
mejor ligador que tú, jaja después de todo se cómo piensan las mujeres, oye ¿tu
no sientes curiosidad?
JORGE: ¿de qué?
DIANA: ya sabes, sé que no es tu
preferencia, pero ahora que eres yo debes saber que ciertas veces sobre todo
cuando te venga el periodo las hormonas te harán hacer cosas que como hombre no
querrías
JORGE: jaja no te preocupes yo
paso
DIANA: solo digo que tienes mi
permiso para hacer lo que quieras con mi cuerpo, eso si ya viste que en el
cajón hay condones, solo piénsalo, el orgasmo femenino es 10 veces más intenso
que el de ustedes los hombres
JORGE: jaja estas loca, eso sería
gay ¿no?
DIANA: no si eres mujer tonto
jaja bye, ya debo seguir trabajando
Eso último que dijo me dejo
pensando toda la tarde, incluso olvidé hacer su tarea, recordé la curiosidad
que sentía viendo aquellas parejas en el transporte público, esa idea llego de
nuevo a mi cabeza, ¿empezaba a sentir curiosidad de estar con otro hombre? ¿Me
estaba volviendo gay o solo eran las hormonas de Diana?, no lo se.
La primera semana fue increíble, día
tras día me iba enamorando más de mí mismo, en la universidad era de las más
populares, había aprendido a maquillarme lo suficiente para salir, los tacones
ya no eran dificultad para mí, me sorprendí de lo fácil que fue aprender a andar
con ellos, el ultimo día de la primera semana, Leo, un chico de mi clase se acercó
a mí, ya había notado que me miraba cuando estábamos cerca, pero esta vez me
tomo por sorpresa
LEO: ey Diana, ¿ya te vas?
JORGE: eh…si ya es algo tarde ¿no
crees?
LEO: para nada, sabes te he
notado muy linda los últimos días
No sé qué pasaba conmigo, pero
ese chico había hecho surgir en mi sensaciones muy extrañas, la manera en la
que me hablaba, su voz, no podía negarlo, era bastante guapo, sin saberlo me
había sonrojado
JORGE: je gracias (nervioso)
LEO: eh…pues, te enteraste de que
habrá fiesta en la casa de Sarah, pensé que tu como su amiga ibas a ir, además
de que siempre estas presente en las fiestas
JORGE: ¿en serio? Digo…si claro,
ahí estaré…creo
LEO: perfecto, entonces te veré
allí, así podríamos seguir esta charla
El chico se fue dándome un beso
en la mejilla, no sabía que rayos pasaba en mí, pero eso se había sentido tan bien,
que tonto me sentía viendo cómo se marchaba y tocando mi mejilla, durante el
camino a mi departamento no dejaba de pensar en ese sujeto, le pregunte a Diana
si debía ir, ella dijo que si, que era mi cuerpo ahora, que podía hacer lo que
quisiera, solo que no bebiera demasiado, así que me emocione, yo nunca era
invitado a esas fiestas cuando era universitario, siempre estuve haciendo tarea
o trabajando, pero ahora iba a ir al fin a una, y lo mejor era que iba a ir
como mujer, me bañe, y me puse lo más sexi que encontré en el guardarropa de
Diana hasta me puse una de sus tangas, sabía dónde iba a ser la fiesta, pues
Diana recibía muchos mensajes de sus amigas.

Llegue a la casa de Sarah, me sorprendió
que fui recibido por todos de manera amable, mi cara linda les hacía apreciarme
demasiado, sentí un mano en la cintura, y ahí detrás estaba Leo, de inmediato
mi corazón empezó a palpitar más, y lo peor es que ni siquiera podía
controlarlo, ese chico me ponía nervioso, después de un rato me estaba
divirtiendo mucho con él, platicamos sobre cosas muy interesantes pues era
inteligente, bebí demasiado esa noche, el cuerpo de Diana no toleraba tanto el
alcohol como mi cuerpo de hombre así que empecé a comportarme más desinhibido,
casi me caigo tratando de esquivar un escalón, y ahí estaba Leo que alcanzo a
tomarme, después me levanto, poniendo sus manos sobre mi cintura, por
alguna
razón estar así me hizo sentir muy bien, se juntaron las hormonas y el alcohol,
y esa noche termine por dejarme besar por Leo, al principio fue muy extraño,
pero después de varios besos me estaba sintiendo genial, mientras Leo me
abrazaba me podía sentir muy femenina, me fue a dejar a mi departamento y me dormí,
al día siguiente yo tenía muchos sentimientos encontrados, le conté a Diana, y
se rio un poco, pero comprendió lo sucedido, repitiéndome que era libre de
hacer lo que quisiera, ella no me juzgaría, me cambie y aun con resaca fui a
las clases de Diana, acepte ir a comer con Leo, hablamos de lo pasado la noche
anterior, pero ya había algo dentro de mí que quería seguir con ese chico, así
que después de una semana empezamos a salir, ya no quería pensar en mi pasado
como hombre, y es que me sentía tan bien al lado de Leo que ya no me importaba qué
pensaría Diana, al fin experimente como se siente ser tratada como mujer por un
hombre, y me encanto, incluso lo invitaba a mi departamento, a ver películas
mientras nos besábamos, pues aunque él lo había intentado, para mi tener
relaciones como mujer aun sería muy extraño.

Después de dos semanas Diana y yo
nos reunimos en un café, me impresionó lo bien que Diana hacia lucir mi cuerpo,
incluso se veía más masculino que yo antes, al mismo tiempo ella se sorprendió
de verme maquillada y con su mismo estilo, hablamos de muchas cosas, ella
también había logrado una cita con Gina, la chica de mi trabajo, y aunque le
costaba algo de trabajo que ahora ella era la que tenía que conquistar a la
mujer había logrado más progresos que yo como hombre, le dije de lo mío con
Leo, y aunque se impresiono de lo rápido que me estaba adaptando se alegró porque
ambos disfrutábamos ser del sexo opuesto, aproveche para preguntarle varias
cosas del periodo, y sobre tener sexo como mujer, al principio me dijo que era
muy rápido pero me dio varios consejos, incluso me hizo una propuesta bastante
rara, ir a mi antiguo departamento para enseñarme varias cosas, ya ahí me dijo
como actuar o qué medidas tomar, y yo hice lo mismo, al ver mi pene mientras le
explicaba como masturbarse mejor, sentí algo de envidia, pues ahora yo tenía
vagina, Diana se excito tanto que me propuso que tuviéramos sexo entre
nosotros, pero para mí sería muy raro sentir mi propio pene adentro, ella
también recapacito.
Ya llevaba uno de los seis meses
en el cuerpo de Diana, y me empezaba a acostumbrar a su vida, Leo y yo habíamos
pasado muchos momento lindos, así que me cuestione sobre tener o no relaciones
con él, había pasado una semana desde que experimenté el periodo como mujer,
pero ahora mi hormonas empezaban a traicionarme, un día en el que Leo fue a
verme, empezó a besarme de tal manera que no pude resistir más, decidí tener mi
primera vez como mujer con ese chico, y no me equivoque pues fue Glorioso,
nunca sentí tanto placer como ese viernes, era tan distinto tener sexo a
masturbarme con los juguetes de Diana, el chico sabia como hacer gozar a una
mujer, y aunque no les mentiré cuando metió su pene sentí mucho desagrado, pues
después de todo otro hombre me estaba penetrando, después de unos minutos ya
estaba gozando, aquel mismo día compartimos la ducha, fue increíble, cada vez me gustaba más Leo, y el cuerpo de Diana.


Al paso
del segundo mes, él y yo ya follabamos casi todos los días, además me sentía
mejor con el que con nadie nunca, me trataba tan bien y románticamente que empecé
a enamorarme de el sin controlarlo, Diana ya había logrado también tener sexo
con Gina, y su fantasía fue sobrepasada por la realidad, pues ella me conto que
tener sexo como hombre era fantástico.
Conocí a los papas de Leo, ya sabía
maquillarme, pintarme las uñas, vestirme y hasta ponerme tampones, a dos meses
de devolverle su cuerpo a Diana empecé a pensar en que en realidad no quería
volver a ser hombre, todo era muy genial como mujer, que volver a la vieja
rutina sería muy duro, me preparaba para salir con mi nuevo novio cuando me
dieron muchas ganas de vomitar, yo no le di más importancia, pero el día
siguiente también me paso, me tome un poco de pepto, pero no soluciono nada,
encima me sentía muy raro, llame a Diana para vernos, y cuando le dije como me
sentía ella se enojó mucho, estaba iracunda, yo no sabía por qué hasta que me
pregunto si alguna vez yo y Leo lo
habíamos hecho sin condón, y es que en realidad si recordé esa vez en la
que me ganaron las ganas y a él también, así que apenado le dije que sí, Diana
me dio una fuerte cachetada mientras decía “esto está mal” varias veces, al preguntarle
ella dijo que era muy probable que estuviera embarazada, fuimos por una de esas
pruebas y resultó positivo, yo, Jorge, en el cuerpo de una mujer había
resultado embarazada, Diana me dijo que me largara, y que mañana hablaríamos,
después de consultar a su contacto Diana me dijo que nunca más podríamos volver
a nuestros cuerpos, pues el efecto se hacía permanente si el hombre en el
cuerpo de la mujer se embarazaba, ella me dijo que le gustaba mucho ser yo, ya más
calmada, y que quería proponerme que fueran otros seis meses , pero no se imaginó
que sería hombre para siempre, después de varios puntos logre calmarla al hacerle
ver lo bueno que era ser hombre, por mi parte yo también empecé a resignarme a
ser para siempre Diana, llame a Leo para decirle que estaba embarazada, y él se
portó muy bien, dándome su apoyo.
Diana ya no estaba molesta, pues
su relación con Gina se había consumado de tal manera que ella también se había
enamorado de esa mujer, por lo que retomamos nuestra amistad, ella se había
imaginado siendo madre, pero nunca más lo podría cumplir, en cambio era yo el
que estaba experimentando eso, durante
los meses siguientes perfeccione mi comportamiento como mujer, incluso mi
vientre ya era muy grande, una serie de cambios pasaron por mi durante ese
tiempo, era muy raro sentir a esa criatura dentro de mí, pero también se sentía
muy bien saber que estaba dando vida, los senos de Diana crecieron mucho, tanto
que tuve que comprar nuevos brasieres y ropa de maternidad, le propuse a Diana que se hiciera pasar por mi tío, así
estaría más cerca de mí y de lo que, después de todo debía ser su hijo, me daba
algunos consejos, pero también me dijo que tenía algo de envidia de verme embarazada,
le dije que sería el padrino del niño, eso la reconforto un poco, la mama de
Diana y yo ya nos llevábamos muy bien, la quería tanto como a mi antigua madre,
pues me cuidaba mucho y me daba tips, igual pasaba con mi nuevo padre, quien al
principio se enojó con mi situación pero ahora estaba encantado, ahora tengo
casi 8 meses de embarazo, mi cuerpo ha cambiado tanto, pero esta experiencia me
está encantando, todos están atentos de mí, Leo es muy complaciente conmigo,
las amigas de Diana también están emocionadas, mi nueva familia es muy buena,
todo ha salido de maravilla, aunque no era como lo esperaba, esta será la
experiencia que me vuelva mujer completamente, ya estoy muy nervioso de lo
doloroso que será, pero sin duda quiero ver a mi hijo y amamantarlo, ser mujer
completamente, escribo esto solo como recordatorio de lo que alguna vez fui,
estoy a punto de ir al ultrasonido para ver de que género es mi nuevo hijo, me
he puesto un sostén para que mis nuevas tetas no se muevan demasiado, mientras
escribo esto, ya ni siquiera recuerdo como se sentía ser hombre, ya no recuerdo
como era tener un pene, pues mi vagina me encanta, y aunque esto no era lo que
quería al principio, ha resultado bien para todos, Leo logro conquistar a la mujer que le gustaba, Diana está más que
feliz con Gina, que incluso me conto que le pedirá matrimonio, y yo, pues bueno
yo soy el más feliz con todo esto, nunca pensé que aquella chica que vi hace
más de un año por Tinder cambiaria mi vida, ya no soy más Jorge Rocha, para siempre
seré Diana Landa, una mujer de 24 años, y próximamente seré madre, nunca me
soñé terminando así, enamorado de un universitario de al menos 10 años menos
que yo, esta es una nueva vida y pienso aprovecharla, seré la mejor madre y
próximamente esposa, me encanta ser Diana, y lo mejor es que estaré en este
cuerpo para siempre, adoro ser mujer, bueno me debo ir pues Leo acaba de llegar
por mí y aun me falta peinarme y maquillarme, escribe Diana, antes Jorge…
