lunes, 30 de abril de 2018

DE CÒMO MI VIDA CAMBIO...




Así es como veo ahora o bueno cuando empecé a ser Diana, pues ahora ya no estoy tan delgada, aunque no siempre fue así, esta narración es un brevísimo repaso por mi historia, y como sucedió mi cambio, pues este no es mi cuerpo, verán…yo antes era hombre
Pero empecemos por como conocí a la antigua dueña de este cuerpo, y es que fue una popular red social de ligue cuando vi por primera vez a Diana, si así es como me llamo ahora, pero por ese entonces era el nombre de la chica que llamo mi atención, yo en esa época me llamaba Jorge Rocha, tenía 37 años y estaba pasando una fuerte depresión, pues mi vida era una mierda, no me malinterpreten, ganaba bien en mi trabajo como contador, pero a mis 37 años aun no podía encontrar algo que le diera sentido a mi vida, vivía solo en un departamento, mi última novia me había engañado con mi mejor amigo, esa perra dejo mucho dolor a su paso, pero esa es otra historia, encima de lo que les acabo de contar, la rutina estaba haciendo de mi vida un martirio, pues solo iba a trabajar y seguido de eso pasaba mis tardes jugando FIFA, comiendo pizza y sobre todo platicando con mujeres con intención de encontrar pareja, de todas era mi actividad favorita esta última, pero no había tenido suerte, salvo un par de citas, ninguna había conseguido interesarse en mí, me sentía viejo usando esta aplicación de ligue, pues la mayoría de las chicas lindas tenían menos de 23 años, y yo ya me había quedado calvo, era claro que no era interesante para ninguna de ellas, hasta que apareció Diana.



Había visto su perfil unas semanas atrás, pero hasta esa noche correspondió el interés mostrado, no lo negare, al principio me emocione como siempre, creyendo que tenía oportunidad de ligar con ella, incluso era de una ciudad muy cercana a la mía, tenía unos ojos electrizantes, y un cuerpo de modelo, me dijo que era soltera, así que las noches siguientes empezamos a hablar muy seguido, me parecio encantadora, tenía los mismos gustos e ideales que yo, me dijo que no tenía pareja ni nada parecido, así que después de dos semanas en las que conseguí ganarme su confianza y amistad le pregunte si tendría alguna posibilidad con ella, después de darle varias vueltas al asunto, fríamente ella dijo que nunca podría lograr nada con ella, sin duda eso fue decepcionante, los días siguientes no hablamos, hasta que me arme de valor y le exigí una explicación, su respuesta me dejo frio.

Ella dijo que en realidad no le gustaban los hombres, entonces pensé que era lesbiana, pero lo negó también, estaba bastante confundido, pero cuando me explico que ella quería estar con una mujer pero como hombre fue cuando me quede sorprendido, me explico que ella desde siempre había querido ser hombre, para experimentar como se siente estar con una mujer y pues…penetrarla, yo no entendía nada, pero fingí comprensión, ante esto ella me pregunto algo que cambiaría mi vida “¿a ti no te interesa saber que se siente ser mujer?”  fue la pregunta que retumbo en mi cabeza toda la noche, obviamente le conteste que no, así que se cerró la plática, pero ya había introducido en mi esa curiosidad, “ser mujer” me repetía dentro de mi mientras de verdad pensaba en que se sentiría ser chica, mientras viajaba por el metro observaba a las mujeres que ahí iban, sobre todo a las parejas,   otro para volver a la normalidad, pero yo estaba emocionado, creo que incluso más que ella, en mi mente empecé a imaginarme despertando al día siguiente con las tetas de Diana, ella me dijo que contactaría al misteriosos sujeto y que por la noche haríamos el intercambio, pedí permiso en mi trabajo y Sali temprano, esta emocionado a mas no poder, disfrute de una última masturbación como hombre y antes de dormir Diana me mando un texto que debía repetir en voz alta tres veces, lo hice, y me despedí de ella, claro estaríamos en contacto después del cambio, pero yo solo quería dormirme, y despertar con siendo ella.
poco a poco me empezó a interesar más, yo no quería sentir eso, pero sin duda lo estaba pensando, incluso me imaginaba siendo ellas, en su lugar, después de una semana le volví a hablar a Diana, después de explicarle mi inquietud, ella lo entendió perfectamente dijo “sabes Jorge, ya que lo dices, hay una forma de que ambos aclaremos nuestra inquietud” entonces me parecio sospechosa, según Diana ella tenía un contacto que podía hacer que nosotros cambiáramos de cuerpo, no sabía cómo, pero podría contactarlo si es que yo aceptaba, “¿ser Diana?” empecé a preguntarme, sin duda era una propuesta interesante, yo podría saber que se siente ser ella, además saldría de mi tediosa rutina, al mismo tiempo ella podría cumplir su fantasía, así que mandando todo al diablo dije que si, a pesar de que ella me advirtió que al menos eran seis meses en el cuerpo del otro.

Al despertar lo había logrado, era Diana, y lo supe por que vi que estaba en otro lugar en la habitación de Diana, me levante y empecé a explorarme, todo era como lo había imaginado, la sensibilidad, la piel, el cabello largo de Diana, hasta sus tetas eran completamente geniales, recibí el mensaje de Diana, use mi nueva huella para desbloquear el celular.


DIANA: funciono, soy tu, por cierto, que raro se siente tu cabeza, es extraño no tener nada de cabello
JORGE: jaja que graciosa, aunque debo decir que tu cuerpo es mejor de lo que imagine, lindo trasero
DIANA: gracias Jorge, bueno recuerda fingir bien cómo te dije
JORGE: ok Jorge, jaja es mejor que nos empecemos a llamar por nuestros nuevos nombres ¿no?
DIANA: está bien, si quieres divertirte revisa el cuarto cajón de mi closet



No sabía a qué se refería, pero ignore ese mensaje por el momento, lo que quería era verme desnuda, ver esas partes tan únicas de las mujeres, ame mi nuevo cuerpo, mi piel era tan suave que parecía de terciopelo, mis senos a pesar de no ser  tan grandes si eran muy sensibles, incluso tenía una larga cabellera como la que nunca tuve, estaba extasiado, ese día me probé casi toda la ropa de Diana, y toda se me veía genial, me gustó mucho la sensación de sensualidad que emanaba de mí, el usar tacones era genial, entonces recordé lo que había dicho Diana, revise ese cajón y descubrí un compendio de objetos sexuales, dildo, vibradores, unos conjuntos muy sexis y hasta algunos objetos de masoquismo, pero decidí empezar por explorar mi nuevo sexo, al final no resistí y esa noche use el vibrador de Diana, fue el mejor día de mi vida sin duda alguna.


No podía dejar el trato que hice con Diana, así que tenía que presentarme a su escuela, pues aun estudiaba el último semestre de su carrera, afortunadamente eso teníamos en común, pues ella estudiaba contaduría, por lo que al menos académicamente pude adaptarme bien a su vida, no les negare que se sintió genial ir de nuevo a la universidad, pero algo era diferente, todos me saludaban, las amigas de Diana me decían cumplidos sobre mi ropa, los hombres no dejaban de verme, lo podía notar porque yo también veía de la misma forma a las chicas lindas, regrese al departamento que rentaba Diana, le mande un mensaje al día siguiente:

JORGE: hola Jorge jaja ser tu es genial, hoy fui a comprar un brasier y alcance a ver a varias mujeres semi desnudas jaja fue increíble

DIANA: hola, pues es parte de tus nuevas posibilidades como mujer, también me está gustando mucho tu cuerpo, de hecho, ya empecé a coquetearle a una compañera tuya, Gina, es muy linda, quizá yo sea mejor ligador que tú, jaja después de todo se cómo piensan las mujeres, oye ¿tu no sientes curiosidad?

JORGE: ¿de qué?

DIANA: ya sabes, sé que no es tu preferencia, pero ahora que eres yo debes saber que ciertas veces sobre todo cuando te venga el periodo las hormonas te harán hacer cosas que como hombre no querrías

JORGE: jaja no te preocupes yo paso 

DIANA: solo digo que tienes mi permiso para hacer lo que quieras con mi cuerpo, eso si ya viste que en el cajón hay condones, solo piénsalo, el orgasmo femenino es 10 veces más intenso que el de ustedes los hombres

JORGE: jaja estas loca, eso sería gay ¿no?

DIANA: no si eres mujer tonto jaja bye, ya debo seguir trabajando

Eso último que dijo me dejo pensando toda la tarde, incluso olvidé hacer su tarea, recordé la curiosidad que sentía viendo aquellas parejas en el transporte público, esa idea llego de nuevo a mi cabeza, ¿empezaba a sentir curiosidad de estar con otro hombre? ¿Me estaba volviendo gay o solo eran las hormonas de Diana?, no lo se.
La primera semana fue increíble, día tras día me iba enamorando más de mí mismo, en la universidad era de las más populares, había aprendido a maquillarme lo suficiente para salir, los tacones ya no eran dificultad para mí, me sorprendí de lo fácil que fue aprender a andar con ellos, el ultimo día de la primera semana, Leo, un chico de mi clase se acercó a mí, ya había notado que me miraba cuando estábamos cerca, pero esta vez me tomo por sorpresa

LEO: ey Diana, ¿ya te vas?

JORGE: eh…si ya es algo tarde ¿no crees?

LEO: para nada, sabes te he notado muy linda los últimos días

No sé qué pasaba conmigo, pero ese chico había hecho surgir en mi sensaciones muy extrañas, la manera en la que me hablaba, su voz, no podía negarlo, era bastante guapo, sin saberlo me había sonrojado

JORGE: je gracias (nervioso)

LEO: eh…pues, te enteraste de que habrá fiesta en la casa de Sarah, pensé que tu como su amiga ibas a ir, además de que siempre estas presente en las fiestas

JORGE: ¿en serio? Digo…si claro, ahí estaré…creo

LEO: perfecto, entonces te veré allí, así podríamos seguir esta charla

El chico se fue dándome un beso en la mejilla, no sabía que rayos pasaba en mí, pero eso se había sentido tan bien, que tonto me sentía viendo cómo se marchaba y tocando mi mejilla, durante el camino a mi departamento no dejaba de pensar en ese sujeto, le pregunte a Diana si debía ir, ella dijo que si, que era mi cuerpo ahora, que podía hacer lo que quisiera, solo que no bebiera demasiado, así que me emocione, yo nunca era invitado a esas fiestas cuando era universitario, siempre estuve haciendo tarea o trabajando, pero ahora iba a ir al fin a una, y lo mejor era que iba a ir como mujer, me bañe, y me puse lo más sexi que encontré en el guardarropa de Diana hasta me puse una de sus tangas, sabía dónde iba a ser la fiesta, pues Diana recibía muchos mensajes de sus amigas.



Llegue a la casa de Sarah, me sorprendió que fui recibido por todos de manera amable, mi cara linda les hacía apreciarme demasiado, sentí un mano en la cintura, y ahí detrás estaba Leo, de inmediato mi corazón empezó a palpitar más, y lo peor es que ni siquiera podía controlarlo, ese chico me ponía nervioso, después de un rato me estaba divirtiendo mucho con él, platicamos sobre cosas muy interesantes pues era inteligente, bebí demasiado esa noche, el cuerpo de Diana no toleraba tanto el alcohol como mi cuerpo de hombre así que empecé a comportarme más desinhibido, casi me caigo tratando de esquivar un escalón, y ahí estaba Leo que alcanzo a tomarme, después me levanto, poniendo sus manos sobre mi cintura, por
alguna razón estar así me hizo sentir muy bien, se juntaron las hormonas y el alcohol, y esa noche termine por dejarme besar por Leo, al principio fue muy extraño, pero después de varios besos me estaba sintiendo genial, mientras Leo me abrazaba me podía sentir muy femenina, me fue a dejar a mi departamento y me dormí, al día siguiente yo tenía muchos sentimientos encontrados, le conté a Diana, y se rio un poco, pero comprendió lo sucedido, repitiéndome que era libre de hacer lo que quisiera, ella no me juzgaría, me cambie y aun con resaca fui a las clases de Diana, acepte ir a comer con Leo, hablamos de lo pasado la noche anterior, pero ya había algo dentro de mí que quería seguir con ese chico, así que después de una semana empezamos a salir, ya no quería pensar en mi pasado como hombre, y es que me sentía tan bien al lado de Leo que ya no me importaba qué pensaría Diana, al fin experimente como se siente ser tratada como mujer por un hombre, y me encanto, incluso lo invitaba a mi departamento, a ver películas mientras nos besábamos, pues aunque él lo había intentado, para mi tener relaciones como mujer aun sería muy extraño.



Después de dos semanas Diana y yo nos reunimos en un café, me impresionó lo bien que Diana hacia lucir mi cuerpo, incluso se veía más masculino que yo antes, al mismo tiempo ella se sorprendió de verme maquillada y con su mismo estilo, hablamos de muchas cosas, ella también había logrado una cita con Gina, la chica de mi trabajo, y aunque le costaba algo de trabajo que ahora ella era la que tenía que conquistar a la mujer había logrado más progresos que yo como hombre, le dije de lo mío con Leo, y aunque se impresiono de lo rápido que me estaba adaptando se alegró porque ambos disfrutábamos ser del sexo opuesto, aproveche para preguntarle varias cosas del periodo, y sobre tener sexo como mujer, al principio me dijo que era muy rápido pero me dio varios consejos, incluso me hizo una propuesta bastante rara, ir a mi antiguo departamento para enseñarme varias cosas, ya ahí me dijo como actuar o qué medidas tomar, y yo hice lo mismo, al ver mi pene mientras le explicaba como masturbarse mejor, sentí algo de envidia, pues ahora yo tenía vagina, Diana se excito tanto que me propuso que tuviéramos sexo entre nosotros, pero para mí sería muy raro sentir mi propio pene adentro, ella también recapacito.

Ya llevaba uno de los seis meses en el cuerpo de Diana, y me empezaba a acostumbrar a su vida, Leo y yo habíamos pasado muchos momento lindos, así que me cuestione sobre tener o no relaciones con él, había pasado una semana desde que experimenté el periodo como mujer, pero ahora mi hormonas empezaban a traicionarme, un día en el que Leo fue a verme, empezó a besarme de tal manera que no pude resistir más, decidí tener mi primera vez como mujer con ese chico, y no me equivoque pues fue Glorioso, nunca sentí tanto placer como ese viernes, era tan distinto tener sexo a masturbarme con los juguetes de Diana, el chico sabia como hacer gozar a una mujer, y aunque no les mentiré cuando metió su pene sentí mucho desagrado, pues después de todo otro hombre me estaba penetrando, después de unos minutos ya estaba gozando, aquel mismo día compartimos la ducha, fue increíble, cada vez me  gustaba más Leo, y el cuerpo de Diana.




Al paso del segundo mes, él y yo ya follabamos casi todos los días, además me sentía mejor con el que con nadie nunca, me trataba tan bien y románticamente que empecé a enamorarme de el sin controlarlo, Diana ya había logrado también tener sexo con Gina, y su fantasía fue sobrepasada por la realidad, pues ella me conto que tener sexo como hombre era fantástico.

Conocí a los papas de Leo, ya sabía maquillarme, pintarme las uñas, vestirme y hasta ponerme tampones, a dos meses de devolverle su cuerpo a Diana empecé a pensar en que en realidad no quería volver a ser hombre, todo era muy genial como mujer, que volver a la vieja rutina sería muy duro, me preparaba para salir con mi nuevo novio cuando me dieron muchas ganas de vomitar, yo no le di más importancia, pero el día siguiente también me paso, me tome un poco de pepto, pero no soluciono nada, encima me sentía muy raro, llame a Diana para vernos, y cuando le dije como me sentía ella se enojó mucho, estaba iracunda, yo no sabía por qué hasta que me pregunto si alguna vez yo y Leo lo  habíamos hecho sin condón, y es que en realidad si recordé esa vez en la que me ganaron las ganas y a él también, así que apenado le dije que sí, Diana me dio una fuerte cachetada mientras decía “esto está mal” varias veces, al preguntarle ella dijo que era muy probable que estuviera embarazada, fuimos por una de esas pruebas y resultó positivo, yo, Jorge, en el cuerpo de una mujer había resultado embarazada, Diana me dijo que me largara, y que mañana hablaríamos, después de consultar a su contacto Diana me dijo que nunca más podríamos volver a nuestros cuerpos, pues el efecto se hacía permanente si el hombre en el cuerpo de la mujer se embarazaba, ella me dijo que le gustaba mucho ser yo, ya más calmada, y que quería proponerme que fueran otros seis meses , pero no se imaginó que sería hombre para siempre, después de varios puntos logre calmarla al hacerle ver lo bueno que era ser hombre, por mi parte yo también empecé a resignarme a ser para siempre Diana, llame a Leo para decirle que estaba embarazada, y él se portó muy bien, dándome su apoyo.
Diana ya no estaba molesta, pues su relación con Gina se había consumado de tal manera que ella también se había enamorado de esa mujer, por lo que retomamos nuestra amistad, ella se había imaginado siendo madre, pero nunca más lo podría cumplir, en cambio era yo el que estaba experimentando eso,  durante los meses siguientes perfeccione mi comportamiento como mujer, incluso mi vientre ya era muy grande, una serie de cambios pasaron por mi durante ese tiempo, era muy raro sentir a esa criatura dentro de mí, pero también se sentía muy bien saber que estaba dando vida, los senos de Diana crecieron mucho, tanto que tuve que comprar nuevos brasieres y ropa de maternidad, le propuse  a Diana que se hiciera pasar por mi tío, así estaría más cerca de mí y de lo que, después de todo debía ser su hijo, me daba algunos consejos, pero también me dijo que tenía algo de envidia de verme embarazada, le dije que sería el padrino del niño, eso la reconforto un poco, la mama de Diana y yo ya nos llevábamos muy bien, la quería tanto como a mi antigua madre, pues me cuidaba mucho y me daba tips, igual pasaba con mi nuevo padre, quien al principio se enojó con mi situación pero ahora estaba encantado, ahora tengo casi 8 meses de embarazo, mi cuerpo ha cambiado tanto, pero esta experiencia me está encantando, todos están atentos de mí, Leo es muy complaciente conmigo, las amigas de Diana también están emocionadas, mi nueva familia es muy buena, todo ha salido de maravilla, aunque no era como lo esperaba, esta será la experiencia que me vuelva mujer completamente, ya estoy muy nervioso de lo doloroso que será, pero sin duda quiero ver a mi hijo y amamantarlo, ser mujer completamente, escribo esto solo como recordatorio de lo que alguna vez fui, estoy a punto de ir al ultrasonido para ver de que género es mi nuevo hijo, me he puesto un sostén para que mis nuevas tetas no se muevan demasiado, mientras escribo esto, ya ni siquiera recuerdo como se sentía ser hombre, ya no recuerdo como era tener un pene, pues mi vagina me encanta, y aunque esto no era lo que quería al principio, ha resultado bien para todos, Leo logro conquistar  a la mujer que le gustaba, Diana está más que feliz con Gina, que incluso me conto que le pedirá matrimonio, y yo, pues bueno yo soy el más feliz con todo esto, nunca pensé que aquella chica que vi hace más de un año por Tinder cambiaria mi vida, ya no soy más Jorge Rocha, para siempre seré Diana Landa, una mujer de 24 años, y próximamente seré madre, nunca me soñé terminando así, enamorado de un universitario de al menos 10 años menos que yo, esta es una nueva vida y pienso aprovecharla, seré la mejor madre y próximamente esposa, me encanta ser Diana, y lo mejor es que estaré en este cuerpo para siempre, adoro ser mujer, bueno me debo ir pues Leo acaba de llegar por mí y aun me falta peinarme y maquillarme, escribe Diana, antes Jorge…


domingo, 29 de abril de 2018

SOY LA MAMÀ DE MI MEJOR AMIGO - 04

SOY LA MAMÀ DE MI MEJOR AMIGO 

CAPITULO 04 - EL PRIMER ORGASMO COMO MUJER


No te acuerdas porque Edgar ahora es una mujer de 37 años, ve entonces al CAPITULO ANTERIOR (03)


Después de despedirse de su madre, o quien antiguamente era su madre,  Edgar vio como la mujer se alejaba aún muy triste sabiendo que había perdido a su hijo para siempre, decidió no decirle nada, ni siquiera junto el valor necesario, por otra parte sabía que sería difícil de creer, pero ahora era Priscila, y le estaba gustando bastante ser mujer, así que decidió interponer su felicidad aun sabiendo lo que ocasionaría en su familia, con sentimiento de tristeza Edgar subió las escaleras y se encerró en su nueva recamara, mientras observaba el techo pensaba en cómo solucionar de alguna manera el pesar que le estaba haciendo pasar a sus familiares, incluso vio a Max algo preocupado, pero ya estaba hecho, ahora no habría paso atrás, si iba a ser Priscila no quería ser descubierto, Edgar pensó que debería de aprender varias cosas sobre ser mujer, de ahora en adelante el rostro que vería cada mañana al despertarse y pararse frente al espejo, no sería el de un chico con acné, sino el de Priscila, una mujer y madre de su propio amigo, se levantó de la cama y se dirigió hacia el pequeño tocador que Priscila tenia, empezó a imitar algunos gestos que hacia ella, intento hablar con sus palabras tan peculiares, repetía “Soy Priscila Fuentes, tengo 37 años” decirlo era demasiado extraño, su nuevo nombre, su nueva edad, incluso oír salir de su boca esa voz tan femenina era algo difícil de asimilar para el que hasta penas unas horas era un hombre, se levantó y se paró frente al espejo de cuerpo completo de la habitación, empezó a moverse para ver sus nuevos ángulos.

Le encantaba su nuevo cuerpo, con su mano izquierda empezó a recorrer sus nuevas y anchas caderas, era genial para el sentir esas curvas, tenía unas nalgas muy grandes, que Edgar no pasaba por alto, pues en cualquier descuido de la mama de Max, aprovechaba para ver ese trasero que ahora el tenia, se pegó una nalgada leve, no podía creer que todo ese volumen fuera de él, se imaginó como se vería caminando por la calle con un pantalón ajustado, le dieron ganas de verse desnuda, era muy excitante verse moviendo esas caderas frente al espejo, siguió recorriendo su nuevo cuerpo mientras se movía más sensualmente, aparentemente iba entrando en confianza con su nuevo aspecto, su cintura era diminuta, lo inevitable llego y poso una de sus manos sobre las tetas de Priscila, sin duda eran la parte de su nuevo cuerpo que más le agradaba, apretó un poco su nuevo pecho, con un movimiento circular empezó a olvidarse de los problemas que hace unos minutos pasaba, había encontrado un punto en sus nuevos pezones que le producía mucho placer, aun no sabía cómo tocarse, pues él nunca había tenido la oportunidad de tocar las tetas de una mujer, pero ahora que tenía unas a su disposición empezaba a encontrar las zonas más sensibles de su nueva anatomía, las pequeñas manos de Priscila no alcanzaban a abarcar la totalidad del seno que ahora tenia Edgar, metió una mano por dentro de su blusa  y le parecio una sensación increíble, era como tocar a Priscila donde él quería, incluso podía oler su propio perfume, el olor a mujer que emanaba del chico, no aguantaba más, debía despojarse de esa molesta ropa que limitaba su tacto, batallo algo para quitarse la ropa tan ajustada, porque toda la ropa que usaba Priscila era demasiado ajustada, muy pegada al cuerpo y limitaba los movimientos de Edgar, al fin se quedó en ropa interior, era un festín visual ver a la mama de Max en ese conjunto azul con algunas partes transparentes, nunca había visto ropa tan sexy.

Esta vez antes de quitarse todo le puso seguro a la puerta para que el molesto de Max no entrara de sorpresa, Edgar aun sabia cuanto duraba la poción o si volvería  a su viejo y feo cuerpo, pero por si las dudas tomo el celular de Priscila y empezó a tomarse fotos, mientras más tomaba más poses femeninas hacía, lo que veían sus ojos no era real, pensaba el chico, toda esa carne ahí, enfrente de él y a su disposición era demasiado bueno para ser verdad, pero lo era, Edgar ahora era dueño de ese cuerpo tan voluptuoso, incluso podía sentir las bragas de la mujer metiéndose entre su trasero, y sus pezones rosando la tela, tiro el celular a la cama y al fin se quitó todo lo que traía puesto.



De seguir en su cuerpo la reacción que tendría sería tan fuerte que eyacularía solo con ver su nuevo reflejo, estaba viendo a Priscila totalmente desnuda, ahí enfrente de él, sus pezones estaban notablemente duros, habían caído un poco sus senos pero seguían viéndose espectaculares, bajando la mirada vio su nueva vagina, totalmente libre de vello, lo que alegro a Edgar pues así precisamente es como la había imaginado las incontables noches que se masturbaba fantaseando con ver a Priscila desnuda, y ahora era real, abrió un poco las piernas mientras estaba de pie, no había absolutamente nada, incluso se podía ver a través de su entrepierna parte de su trasero, pues eran muy grande, coloco sus dos manos sobre sus tetas, toco todo su esplendor, se había olvidado de las fotos, pues estaba tan emocionado que quería seguir viendo sus nuevas curvas, se dio vuelta mientras seguía viendo el espejo, desde atrás su cuerpo era mucho  más interesante, pues sus curvas parecían embrujarle, unas piernas bien torneadas continuaban por las caderotas que Priscila tenia, pero después una pequeña cintura encogía otra vez su cuerpo, para luego culminar con su larga cabellera rubia, lacia y con el olor tan característico de Priscila, se inclinó para ver mejor su cuerpo, su trasero parecía adquirir mayor volumen mediante este movimiento, y su nueva vagina le hacía ver que su cuerpo era totalmente distinto, pero esto vino acompañado de una excitación cada vez más fuerte, sin darse cuenta su entrepierna se estaba humedeciendo, esto no lo podía controlar, cuando llevo su mano para tocar por primera vez su vagina, sus dedos notaron que un líquido viscoso se impregnaba en ellos, Edgar olio por primera vez su nuevo olor de mujer, se dio cuenta que estaba ya demasiado mojada, incluso empezaba a resbalar por sus muslos, el deseo que tenia de tocar los puntos eróticos de su nuevo sexo lo llevo a tirarse en la cama, abrió las piernas y empezó tocando superficialmente, pero con eso fue suficiente para hacerle notar lo intenso que era cada toque, incluso el mínimo roce le producía un placer inexplicable, no era como cuando tomaba su pene y se masturbaba, esto era más intenso y placentero, pues la piel de esa parte era extremadamente sensible y suave, finalmente decidió meter uno de sus dedos en su nueva vagina, mientras se veía en el espejo acostado en la cama, sus uñas largas y su inexperiencia le hicieron sentir un pequeño dolor pues se apresuró demasiado, pero lo volvió a intentar, esa zona ya estaba empapada en los líquidos que ahora Edgar producía, tanto que habían legado a la cama, mientras metía un dedo el placer que ya sentía se incrementó al menos al triple, era un nuevo mundo de sensaciones, con la otra mano empezó a acariciar sus senos, incluso a pellizcar levemente sus pezones, no se daba cuenta que antes que lo pensara estaba emitiendo fuertes gemidos que no hacían más que excitarle más, no los podia controlar, era parte de su nuevo cuerpo, en la sala Max logro oír esos ruidos, fue muy incómodo para él y raro, pues sospechaba que su madre al ser soltera se masturbaba, pero no fue hasta ese día que escucho esos gemidos de placer, intento no pensar ni imaginar a su madre masturbándose, pues le era muy extraño, pero no podía negar lo que escuchaba, mientras en el cuarto de Priscila, Edgar no alcanzaba a tocar todas sus nuevas partes erógenas, tocaba su cintura, sus caderas, sus senos, incluso se colocaba el cabello de Priscila en la cara y lo olía, pues le encantaba esa fragancia, ya tenía todo su dedo adentro, al tacto sintió su vagina muy caliente y húmeda  por dentro, no podía describir lo que tocaba pero sin duda era demasiado excitante, seguía con el movimiento de vaivén con su dedo, sus senos se movían demasiado, ya no era suficiente uno, así que metió dos dedos, lo que duplico su placer, ninguna de sus masturbaciones como hombre se comparaban a esa sensación, era como venirse constantemente sin parar, encontró un punto en su entrepierna que lo volvió loco, los gemidos aumentaron, estaba empezando a sudar, el colchón ya estaba empapado, sus pezones no podían estar más duros, finalmente llego al orgasmo femenino, su primer orgasmo femenino, esa sensación jamás la olvidara, fue como flotar, estímulos eléctricos viajaban por todo su cuerpo, incluso apretaba los dedos de su pies de placer y cerraba las piernas con fuerza, sus rodillas parecían demasiado frágiles, y un gemido sonoro retumbo en la casa, Edgar estaba fuera de sí, con los ojos casi volteados y las manos en sus tetas, cerro las piernas y sintió un descanso brutal.



No se había dado cuenta de los líquidos expulsados durante su exploración, pero había empapado la cama de Priscila, su vagina aun sentía pequeñas corrientes de placer, sin duda el mayor placer que Edgar había experimentado, estaba tan cansado que apenas se pudo parar, sus piernas estaban débiles, limpio con sus bragas su entrepierna totalmente empapada, era raro para el pasar la mano por ahí y no sentir nada, había sudado demasiado, y en conjunto con sus fluidos vaginales hacían que sus hormonas fomentaran más el placer, se dirigió al baño, aun recuperándose de su éxtasis, abrió la puerta y lo mismo hizo con la llave, sintió el agua correr por todo su cuerpo, estaba en total relajación, no sabía lo intenso que podía llegar a ser el orgasmo femenino, pero ahora no podia esperar a por más, tenía ese cuerpo a su merced para estimularlo como quisiera, pero por lo mientras tomo el baño, uso el shampoo  de tan rico olor de Priscila, mientras el chico masajeaba sus nalgas enjabonadas, empezó a frotarlas contra el vidrio de la ducha, por alguna razón se sentía muy bien hacer eso, impulsivamente en movimientos circulares, lavo bien su vagina y salió del baño, aun con la toalla como si fuera un hombre dejando al descubierto sus pechos.



Todo esto era una experiencia gloriosa, abrió varios cajones pero fue un conjunto rojo y de encaje el que llamo su atención, recordaba una vez en la que la madre de Max se agacho, logro ver un poco de su ropa interior que sobresalía en sus caderas, por lo que quiso saber cómo se sentía usar esa ropa tan sexy que anteriormente había visto en la vieja Priscila, se la puso y le encanto, se amoldaba muy bien a su cuerpo, alguna vez tuvo la curiosidad de saber que se sentía usar encaje, por lo que tomo unas bragas de su hermana, pero no le gusto esa sensación de tener su pene atrapado en esa ropa, no podía lucir ese conjunto, esa fue la única vez que Edgar uso ropa de mujer, pero ahora que tenía el cuerpo de Priscila era muy diferente, ya no tenía su estorboso pene, una vagina le sustituía, ahora si se sentía bien usando esas bragas, sin nada interponiéndose, estaba bastante feliz, era una mujer muy sexi, siguió tomándose fotos, se disponía a tomar una foto estrujándose los pechos cuando una notificación emergió:



Nuevo Mensaje de Patty:

¿Hola Prisci, no me has contestado los mensajes en todo el día, estás bien, amiga?

El chico no sabía qué hacer, no conocía a esa mujer, por lo que respondió lo primero que se le vino a la cabeza, claro fingiendo ser Priscila

EDGAR: “sí, estoy bien solo estaba ocupada”

PATTY: ¿bueno luego me cuentas eh, entonces iras al gym mañana?

¿El gym? Se dijo a si mismo Edgar, él nunca había ido a uno, incluso como hombre tenía una panza muy notoria, pero ahora comprendía porque Priscila tenía ese cuerpazo, al principio pensó “que flojera” pero recordó que debía adaptarse a su nueva vida, ademas si quería mantener ese cuerpo así debía de hacerlo

EDGAR: si, si mañana te veo ahí, amiga

Aparentemente Patty no se dio cuenta que Priscila actuaba raro, pero si le preocupaba su falta de interés, se despidió mientras Edgar buscaba ropa deportiva en los cajones de Priscila.

EDGAR: bueno no puede ser tan malo, además si soy Priscila también tengo su fuerza, coordinación y poder hacer todo lo que ella hace, no debe ser tan difícil, lo bueno es que las mujeres tienen rutinas de entrenamiento más leves, a ver a ver, eso, aquí esta, uy jaja como se me vera esto puesto, puede ser interesante eso de ir al gimnasio, incluso poder ver a otras mujeres sin sr tachado de pervertido

La idea empezaba a excitar a Edgar, pero él no era el único, pues había olvidado por completo a Max mientras probaba su nueva vagina, pues los gemidos de su madre aún seguían rondando  la cabeza de Max, él se resistía a caer en esos pensamiento, pero era inevitable que estaba en una edad de cambios hormonales, y esos ruidos que salieron de la habitación donde Edgar se masturbo, habían causado en Max algo extraño, imaginaba a su propia madre masturbarse, aunque él no quería, era como algo que no podía controlar, las hormonas estaban haciendo efecto en el también.

CONTINUARA…

Como siempre, si teneis alguna sugerencia o propuesta para el rumbo de la historia, dejadla en los comentarios.