Todo empezó por ese estúpido descubrimiento que
mi padre hizo, ahora por su culpa mi mamá y yo no podemos volver a nuestros cuerpos,
pero empecemos por como mi papá llego a tal descubrimiento.
Primero empezare por presentarme soy...o bueno
era hasta hace poco un chico de 21 años llamado Fernando, que raro hace
tiempo que nadie ya me llama así, ahora todos me dicen Martha, que es el nombre
de mi madre, una mujer de 42 años, ella, yo y mi padre de nombre Héctor junto
con mi hermano Hugo de 18 años vivíamos cómodamente gracias a su trabajo, pues
era un reconocido arqueológo, hace tan solo tres meses la dependencia donde
trabajaba le pago un viaje de investigación por un mes en las ruinas de un
antiguo templo en Marruecos, todos nos alegramos con esa noticia, era la oportunidad
de que mi padre se diera a conocer mundialmente, pues recientemente habían encontrado
restos de una civilización completamente nueva, incluso más antigua que los
sumerios, todo esto conmociono al mundo, entre los miembros del equipo de investigación
estaba mi papá, durante un mes estuvo explorando e investigando dichas ruinas,
logro grandes descubrimientos, mismos que le hicieron ganar notoriedad de
inmediato, después de ese mes mi padre volvió a casa, estaba muy cansado pues ya
tenía bastante experiencia en este ámbito pues a sus 54 años no era novedad que
la edad le empezaba a pasar factura, aun así cuando volvió todos nos alegramos
incluso hicimos una gran fiesta en su honor, quizá fue la última vez que todos
estuvimos felices…
Lo que la prensa no sabía era que en esas ruinas arqueológicas
mi padre había encontrado una pieza bastante rara, no era de algún metal
conocido hasta la fecha, era de color morado y destellaba al tacto, ante la
falta de conocimiento el gobierno le pidió que entregara esta pieza de forma cilíndrica
a una agencia especializada en investigaciones, mi padre accedió, pero su
curiosidad científica hizo que se quedara con una de las 3 piezas que se
encontraron allí, nadie había notado que faltaba una, pues en cuanto mi padre
la encontró la guardo entre sus ropas.
En casa, durante la noche mamá y yo no sabíamos porque
mi padre se quedaba en su pequeño estudio por largas horas llegando incluso a
amanecer, pues estaba estudiando y experimentando con las propiedades de la
peculiar pieza, ningún metal había podido siquiera hacerle un rayón, llego el
punto en el que no soporto más y dejo por un tiempo su investigación…es aquí donde
mi vida cambio
Lo recuerdo bien porque fue la última vez que
estuve en mi cuerpo, que fui hombre, paso una semana y nuestro auto se averió,
al ver esto mi padre y yo nos pusimos a arreglarlo, aun me arrepiento de esa decisión…mi
padre me pidió un comprobador de corriente que tenía en su escritorio, la había
estado usando para verificar que la pieza no poseyera propiedades eléctricas, entre con cuidado, el nunca dejaba a nadie
pasar ahí, ni siquiera a la señorita de limpieza, por eso me extraño que me
dejara, quizá estaba tan desesperado con el auto que no se dio cuenta, entre y
vi rápidamente el artefacto, cuando de repente a través de una bata una luz
morada llamo mi atención, pensé que pudiera ser algo delicado así que lo
ignore, sin embargo a punto de salir volvió a brillar ahora más fuerte, nunca debí
haber hecho lo que hice pero mi curiosidad me gano y con cuidado levante la
bata, debajo de ella una especie de cilindro semitransparente y morado
destellaba continuamente, escuche como mi madre entraba por la puerta pero pensé
que como de costumbre iría a la cocina a dejar las bolsas con los víveres, así
que ignore su presencia, estaba hipnotizado con la pieza, por un momento pensé que
sería algo que mi padre descubrió en su viaje pero descarte esa idea al saber
que el gobierno le pide que no conserve nada, por alguna razón no podía dejar
de ver la pieza, decidí tocarla, craso error, pues sin saberlo mi madre al ver
la puerta del estudio abierta y mi padre afuera decidió ir a ver, justo cuando
la toque mi madre toco mi hombro…
MARTHA: Martin, hijo que estas hacien…
En ese preciso momento sentí tres cosas en cuestión
de segundos, primero mis manos tocando la pieza y sintiendo una especie de
frio, segundo la mano de mi madre en mi hombro y por último recuerdo muy bien
que mi cuerpo empezó a arder y de inmediato paro ese dolor, quien diría que sería
la última vez que sería del género masculino…
Ambos
quedamos inconscientes, mi padre fue el que a raíz de mi tardanza fue a
ver qué pasaba encontrándonos a mi madre y a mi tirados en el suelo, sin
pensarlo corrió y trato de reanimarnos, no sabía cómo había pasado, su estudio
estaba intacto, no había sangre ni ningún golpe visible, por lo que no decidió
llevarnos a un hospital, después de unos segundos volví en sí, estaba sentado
en mi sala, mientras abría los ojos aun sentía algo de dolor
MARTIN: ah…que dolor (tocando la frente) ¿Qué ha
pasado? (en seguida y enfrente de mi estaba mi padre con su cara de preocupación
viéndome despertar)
HECTOR: Ma…Martha ¿estás bien cariño
MARTIN: ¿eh? Ah sí también mi madre quedo inconsciente,
por cierto ¿qué paso?
HECTOR: emm…amor a que te refieres, ¿estás bien?
MARTIN: ah, que dolor en serio…sí creo que estoy bien,
aunque no me tienes que decir amor papá…
HECTOR: ammm no comprendo por qué dices papá, me
estas preocupando Martha, quizá aun estas en shock
MARTIN: no, estoy bien papá solo me duele mucho
la cabeza (me toque la frente), que es esto, cuanto tiempo he estado inconsciente
hasta me creció el cabello, y mi voz…ahí algo diferente hasta parece la de mamá…
HECTOR: pues solo unos minutos, y de que hablas
cariño, tu siempre has tenido el cabello largo
MARTIN: ¿Por qué me sigues diciendo cariño?
HECTOR: bueno perdón Martha solo trataba de ser
amable
MARTIN: ¿Martha? Soy tu hijo papá, Martin
HECTOR: ¿Martin? No, no es posible, lo que veo es
a mi esposa, Martin es nuestro hijo
MARTHA: ¡ah! (despertándose)
Cuando oí ese sonido y volteé casi me da un
infarto, era casi irreal, lo que vi fue a mi propio cuerpo despertarse y
abriendo los ojos, al mismo tiempo mi cuerpo me vio y soltó un grito
HECTOR: bueno pero que pasa hijo, ¿por qué has
gritado de esa forma?
MARTHA: ¿hijo? Yo soy tu esposa
MARTIN: (cuando oí eso con mi propia voz miré
hacia abajo, lo que vi fue completamente distinto a lo que siempre estaba ahí,
eran las piernas y el busto de mi madre, era indudable, pues conocía esa blusa
que estaba usando yo ahora) y…y yo soy Martin
HECTOR: imposible, les ruego que si es una broma
es de muy mal gusto
MARTHA: no amor…(observándose) creo…que nuestro
hijo tiene razón él está en mi cuerpo y por alguna razón yo estoy en el suyo
HECTOR: les suplico detener esta broma
MARTIN: papá, debes creerme, sé que por fuera me
veo como mi madre, pero soy yo, Martin, recuerdo que me mandaste por una
herramienta a tu estudio, y de repente paso esto, ah…soy mujer…no quiero ser
mujer
HECTOR: a ver…si esto es cierto es muy extraño,
(mi madre le comento algo al oído)
MARTIN: ¿qué te dijo?
HECTOR: está bien, supongo que les creo ahora porque
no intentamos deducir porque ocurrió el problema
(estuvimos recapitulando una y otra vez lo que había
sucedido, cada que hablábamos mi padre se convencía más de que el cambio era
real, el cabello de mi madre continuamente me picaba y una sensación nueva en
mi pecho se hacía latente, quizá producto de lo ajustado que el brasier de mi
mamá era, durante 30 minutos nadie encontraba una solución lógica ni la causa
del problema, hasta que recordé algo clave)
MARTIN: ahí, ya lo recuerdo, papá había un
cilindro morado en tu estudio, recuerdo bien que lo toque y sucedió todo esto.
HECTOR: ¿Qué? Por qué hiciste tal cosa, esa es
una pieza delicada y no debiste tocarla, he estado investigándola por semanas y
no conozco bien sus propiedades, agradece que ahora eres mujer y que estas en
el cuerpo de mi esposa, sino te hubieras ganado una buena bofetada
MARTHA: amor, no es momento de regaños, debemos
encontrar la solución, porque no revisamos tu estudio
HECTOR: está bien vamos (enojado)
MARTIN: es esta…no, se ha partido papá, te juro
que no la tire o la golpee
HECTOR: eso está claro, ningún golpe la hubiese
rayado si quiera, además creo que esta arruinada, antes destellaba y ahora no
tiene ninguna de sus antiguas propiedades, incluso se nota frágil
MARTIN: pe...pero ¿crees que haya sido esta pieza
la culpable de este fenómeno?
HECTOR: es claro que sí, es una pieza muy
antigua, no quiero creer…pero incluso podría ser tecnología totalmente diferente
a la nuestra, mi deducción por ahora es que esta pieza ha quedado inservible,
dijiste que la tocaste y paso esto, ahora ten tócala de vuelta y toma a tu
madre a ver si sirve
MARTIN: (lo hicimos) no, nada
MARTHA: eso…quiere decir que no hay una solución a
este cambio
HECTOR: no debo decírselos, pero si esta pieza
fue la culpable, quizá otra funcione inversamente, pero las únicas dos piezas
que se encontraron son propiedad del gobierno, en cuanto pueda solicitare al
gobierno que me presten una como pretexto de una investigación, es muy difícil,
pero tengo mis contactos, pero si amor, en lo que respecta a ustedes, creo que tendrán
que soportar unos días estando en el cuerpo del otro.
MARTIN: pero papá, mírame soy mi propia madre, no
puedo estar en este cuerpo, no sé nada de ser mujer, es más ni siquiera creo
que pueda lidiar con las labores que mamá hace….
MARTHA: eso es cierto amor, además, aunque sean
unos días Martin debe ir a la escuela, y ahora que yo estoy en su cuerpo no
podre fingir que voy a sus clases no sé nada de su carrera
HECTOR: bueno y ¿qué quieren que haga? Yo estoy tan
confundido como ustedes
MARTIN: bueno perdón papá, es solo que esto para mí
es muy shockeante
MARTHA: si coincido con Martin amor, oye otra
cosa ¿Hugo está por llegar como se lo ocultamos?
HECTOR: amor, no creo que sea lo correcto ocultárselo,
de ser así tendríamos que fingir que no ha pasado nada y tu Martin deberías
comportarte como tú madre en todo momento
MARTIN: si mamá, mejor le decimos a mi hermano, además
no quiero dormir en tu cama
MARTHA: bueno ojalá solo dure unos días, pues
esto es muy incómodo, por cierto, debo asesorarte en algunas cosas hijo.
MARTIN: ¿cómo en qué?
MARTHA: pues mira ahora que eres yo, mi cuerpo necesita
ciertos cuidados de mujer, además de que no sabes ni ponerte un brasier.
MARTIN: (enfadado) está bien
(Hugo, el hijo menor del matrimonio llega de la
escuela, con mucho cuidado le explicamos que paso y como paso, al principio
igual creyó que era una broma, pero a medida que le fuimos dando detalles y
viendo nuestra forma de actuar, termino por convencerse)
HUGO: no, es que esto está muy raro, o sea que mi
hermano mayor ahora es mi madre, y mi madre ¿ahora es hombre?
MARTHA: hijo yo sé que esto es difícil de
procesar, pero solo serán unos días en lo que tu padre resuelve esto, por favor
no le vayas a decir a nadie sobre esto, como tu madre te pido te guardes el
secreto
HUGO: ¿pero como o sea van a fingir ser el otro o
cómo?
MARTHA: pues hijo mira dentro de nuestra casa no,
pero con las demás personas no queda de otra que fingir
HUGO: pero hay muchos problemas con eso, por ejemplo,
yo y Martin dormimos juntos desde chicos, ahora que el tiene tu cuerpo ¿eso se mantendrá?
MARTIN: cierto eso no lo había pensado…
MARTHA: si hay ciertos detalles, pero no se amor ¿tú
que dices?
HECTOR: si hijos será lo más adecuado, además tú
madre y yo seguimos siendo esposos, solo intenten hacer como que nada ha
pasado.
HIJOS: ok
MARTHA: bueno Martin acompáñame a mi cuarto
(Recuerdo bien que estaba muy nervioso cuando
llegamos mi madre empezó a mostrarme toda su ropa, incluso la interior, para mí
al imaginarme usando los brasieres y los calzones de mi madre era muy raro, omitiré
todas las cosas que me mostro y me explico, porque ni siquiera yo quiero
recordar lo que me dijo de mis nuevos genitales o de cómo ir al baño, después de
eso y de una incómoda cena llego por fin la hora de dormir, mi madre me permitió
ponerme algo más cómodo, obviamente no me iba a dejar cambiarme en el cuarto
donde dormía con mi hermano, pues no quería que la vieran así, entonces me
llevo a su cuarto y me dijo que me quitara la ropa, ella sabía que en algún momento
tendría que ver mi nuevo cuerpo desnudo y ella también el mío así que me dio
la ropa para dormir y me dijo que esperaria
abajo, por lo que me quede solo en su cuarto, era diferente, yo nunca entraba al cuarto de mis padres, pero
ahora yo era uno de mis padres, toda la ropa que estaba en los cajones ahora
era mía pues mi mamá en mi cuerpo se vería ridícula usando sus antiguas faldas
o brasieres, es mas no le quedarían, pues sus atributos ahora eran míos, me
pare frente al espejo y me empece a quitar la ropa, hasta quedarme en ropa
interior, era muy diferente para mí, en especial por que la del reflejo era yo,
sí, yo era esa mujer en ropa interior, aunque me costaba aceptarlo era cierto,
ahora yo era la mujer que estaba usando ese brasier y esas bragas negras, al ver
mis nuevos ángulos, todo estaba muy diferente sobre todo por que hasta mis
caderas eran más grandes, mi cintura era más notoria, y no podía pasar por alto
los senos de mi madre moviéndose al menor paso que daba, los sentía demasiado
apretados en ese sostén, pero ni modo debía usarlo mientras yo fuera el que tenía
esos pechos, no había ningún rastro de vello, mi piel era más suave e incluso olía
al perfume que usaba mi madre y a su shampoo, pero para ponerme su pijama debía
quitarme primero esa nueva ropa interior de mujer que ahora estaba usando…
Muy buena historia
ResponderBorrarContinuara?
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